Paisajismo Actual

 Hoy más que nunca, el diseño paisajista se está transformando en una herramienta esencial para mejorar la calidad de vida urbana. No se trata solo de embellecer ciudades con jardines y árboles, sino de entender cómo estos espacios pueden responder a retos ambientales, sociales y culturales. Esta intención se hace evidente en proyectos como los presentados por Manuel Amador de Intemperie Studio y en la conferencia de Teresita del Valle y Félix Ramos López, quienes exploraron el papel de los jardines del Palacio de Santa Catalina y otros espacios públicos.



Desde Intemperie Studio, Amador mostró cómo una arquitectura pensada desde el entorno puede generar conexiones significativas entre el interior y el exterior. En proyectos domésticos como El Refugio o Concrete Follies, el diseño no solo se adapta al clima tropical y al terreno, sino que usa materiales locales, vegetación y estrategias pasivas para lograr confort. Por ejemplo, en El Refugio, la vegetación no es solo decorativa: también funciona como protección y barrera natural. En Concrete Follies, los patios interiores se convierten en protagonistas, integrando el paisaje al día a día del usuario.

Pero el paisajismo no se queda en la escala doméstica. Proyectos como Paseo de Santa Ana o El Bosque del Triángulomuestran cómo el diseño puede transformar la ciudad. El primero conecta al usuario con el agua sin alterar mucho el terreno, mientras que el segundo busca reforestar con técnicas como la de Miyawaki, que promueve la biodiversidad local. Estos trabajos demuestran cómo el paisaje puede enseñar, proteger y transformar al mismo tiempo.

De forma similar, la charla sobre los jardines del Palacio de Santa Catalina subraya que los espacios verdes pueden ser lugares de memoria, encuentro y reflexión colectiva. No son solo “bonitos”, sino espacios que responden a necesidades reales: combatir el cambio climático, purificar el aire, fomentar el sentido de comunidad. Ejemplos como el Malecón de Villahermosa en México 



o The Bentway en Toronto muestran cómo el paisajismo puede activar zonas olvidadas, crear nuevos puntos de encuentro y reconectar a las personas con su entorno natural.

En resumen, tanto las obras de Intemperie Studio como las reflexiones sobre el diseño urbano contemporáneo comparten una misma visión: el paisajismo debe ser más que una herramienta estética. Es una forma de pensar el espacio desde lo ecológico, lo humano y lo social. La clave está en diseñar desde el contexto, con sensibilidad y responsabilidad, para crear lugares que mejoren no solo la ciudad, sino también la vida cotidiana de quienes la habitan.

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